sábado, 11 de julio de 2009
Zombies de verano(segunda parte)
Su fétido aliento atravesaba la puerta, mientras yo me mantenía en silencio, con mi sable láser, lo único que en aquél momento me podía defender, y no era demasiado, puesto que sólo era una réplica de juguete... Sabía que aquel zombie no tenía mucha fuerza, pero sí que asustaba y acojonaba. La única opción de salida era por la ventana o por la puerta, y esta última opción era algo suicida por mi parte, o no... No sabía cómo, pero mantenía la calma, tratando de pensar cómo salir de la habitación sin saltar por la ventana. Tenía que actuar. Sus golpes sacudían la puerta, y mi vida corría peligro. Era absurdo llamar por teléfono, ya que nadie me atendería a esas horas, llegando incluso a molestarse. Entonces lo tuve claro. Usaría el sable láser para espantarle, y así lo hice. El ruido le asustaba y paralizaba, lo que me daba margen de operación, para salir corriendo, huyendo una vez más por mi vida, sin importarme el origen de aquel zombie. Como pude bajé las escaleras y abrí la puerta, sin importarme si quedaba cerrada tras mi salida en busca de ayuda, y alejándome de todo aquello. Corría como nunca, por mi vida, por mi supervivencia, sin parar, hasta que llegué al borde de la extenuación. Entonces fui consciente de lo qué pasaba... Estaba solo. No había supervivientes. Nadie me podía ayudar. Nadie escuchaba mis gritos. O quizá sí, escuché unos sonidos guturales que se aproximaban a mí, y eso significaba que debía seguir corriendo... No dejaría que me atrapasen...
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glupsssss...desde luego que ha sido interesante.
ResponderEliminarUn saludo.
Arwen
Me alegro que te haya resultado interesante, Arwen.
ResponderEliminarBienvenida.
Esperamos verte más por aquí.
Vuelve cuando quieras.
Un beso.