miércoles, 10 de junio de 2009
La crisis de las vanidades
El otro día me encontraba con un amigo empleado de banca, que no banquero, con el cual suelo analizar la situación sociopolítica, y al cual debo grandes y profundas reflexiones. Me explicó, con argumentos difíciles de rebatir, que no imposibles, que esta crisis era la crisis de las vanidades, de las fachadas y del aparentar. Si bien podemos hablar de la incompetencia de los Gobiernos en la gestión de esta crisis, sería injusto no explicar el por qué de esa definición de crisis de las vanidades. Durante demasiado tiempo se ha estado viviendo demasiado por encima de las posibilidades, tratando de tener más posesiones que el vecino de al lado o enfrente. Si se poseía un coche de gama alta, nosotros debíamos tener uno de lujo, o una edición limitada de 20 ejemplares, o si se tenía un chalé en la playa, había que poseer más de una finca, todo ello adquirido a través del endeudamiento bancario. Este hecho logró que la situación se volviese insostenible, y que al más mínimo movimiento extraño se fuese todo al carajo, para las clases medias, porque para los que manejan el cotarro no supone más que un momento de análisis y meditación ante los nuevos fondos de inversión. Suena descabellado y cruel, pero a la vista está la poca ética tenida al gastarse no sé cuantos miles de millones de euros en un cabezahueca que sólo sabe pegarle patadas a un balón, o la inmoralidad de la cúpula de Barceló. Para quiénes hablan de opinabilidades de crisis o ni se la plantean directamente, sus vanidades están tan a salvo como sus billetes y dineros. Pero para nosotros, para tí que nos lees a diario, no. Nuestras aparentes vanidades tan sólo pertenecen a los bancos, que exigen más dinero a los gobiernos, para repartir beneficios, y mientras tanto, lejos de apariencias y galerías, hay gente inocente que mira los platos vacíos porque no tienen ni para comer...
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Me gusta el título que le habéis puesto a la crisis, "la crisis de las vanidades". Me lo apunto.
ResponderEliminarDifúndelo, dezaragoza...
ResponderEliminarUn abrazo.
Este artìculo relata un mal comùn , un mal mundial, no solo en tu paìs sino en el mio y en muchos otros, en los que existe gente que se gasta todo lo que tiene y lo que no tiene (dinero prestado), con el fin de cubrir las apariencias y mostrar lo que no son , no solo a nivel prsonal sino a nivel de quienes nos representan , manipulando el dinero del paìs en compras brutalmente millonarias sin pensar en las necesidades de los hospitales y de las escuelas pùblicas.
ResponderEliminarbesitos mi niño...
te amo bb
Lorena
Pienso, querida Loren, que se vive demasiado pendientes de la galería de personaje, aparentandoo lo qué no se es... Si no eres un metrofashion divino de la muerte con un supermagacarro carísimo un yate aparcado en el puerto donde tienes tu segunda residencia,o una tía supermacizorra pero con menos luces que un castillo abandonado, no tienes derecho a optar a nada. Tú fíjate, lo qué se ha hecho en el Real Madrid, al comprar a Cristiano Ronaldo, por 95 millones de euros. Leñes, que hay gente que se muere de hambre(literalmente), y no es necesario viajar a África....
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