Recuperando el ritmo habitual

Tras el debido parón ayer en el ritmo de nuestro rinconcito, me gustaría retomarlo, a riesgo de aparentar una superficialidad que bien sabéis es inexistente aquí.
Ayer quería hablar de series de televisión, y en especial de Lalola, a la cual me enganché desde primera hora, por lo absurdo y necesario de sus argumentos. Durante seis meses he disfrutado como un crío de esas situaciones que sobrepasan el esperpento y la ridiculez. Pero también he pensado que era una serie hecha por y para entretener, sin más. Un humor blanco e inteligente, hecho sin ánimo de ofender, o por lo menos así lo he visto yo. Se habla de una segunda temporada, pero no creo que fuese una buena idea, ya que Lalola se cierra muy bien, y dotarla de una secuela sería romper toda esa magia que rodeó los seis meses de duración. Por otra parte, conociendo al personaje interpretado por Marina Gatell y su evolución, podríamos seguir disfrutando de desternillantes situaciones cómicas, pues da muchísimo juego. Estas son las series que merecen la pena, pues pese a su falta de argumento, su calidad es algo que se hace ver.