domingo, 7 de diciembre de 2008

Monstruos en la catedral(Segunda parte)

Barcelona, 10 de junio de 1926.

El asfixiante calor estival que se adelanta dando fin a la primavera, once días antes de la llegada del verano me impedía ver con claridad aquellos informes que tenía delante de la mesa. Apenas pocos días después de la muerte del arquitecto Gaudí, los misterios no hacen más que comenzar, pues no ha sido el único fallecido con esa máscara de terror en el rostro.
Todavía guardo en mi mente el aroma embriagador de aquella señora de la alta burguesía barcelonesa, que me rogaba que investigase la muerte de su marido, preguntándome aún por qué acudió a mi despacho. Hace años que dejé la investigación privada, pues dejó de motivarme. Desconozco cómo pudo devolverme la ilusión por los casos sin resolver, cómo pudo despertar en mí el interés perdido tras el fallecimiento de mi socio, Alfredo Milà. Repasaba los papeles una y otra vez, y me preguntaba por qué esa terrorífica expresión antes de morir, por lo que decidí visitar las obras de La Sagrada Familia. Gracias a unos contactos pude pasar al interior y observar de cerca lo qué allí acontecía. Pese a las obras, no era difícil moverse por la planta baja y escuchar algo que me hizo salir corriendo de aquella obra....

(Continuará)

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