sábado, 15 de noviembre de 2008
Solidaridad fiscal
No son pocas las veces que se anuncian grandes donaciones a luchas contra el SIDA, la pobreza, ONG's de cualquier tipo... Pero la verdad es que a aquellos y aquellas que donan esas astronómicas cantidades de dinero a la beneficencia, les importa bien poco o nada a quién va destinado ese dinero. Piensan tan sólo en las desgravaciones fiscales, astronómicas, y en la imagen que darán de cara a la galería y los medios de comunicación. Poco se preocupan de que si hay mortandad infantil en países subdesarrollados, a causa del hambre o el SIDA, nada les importa las miles de personas que viven bajo el umbral de la pobreza. Para ellos y ellas, las donaciones son un negocio más con el que seguir especulando. No entiendo cómo pueden hablar de Organizaciones Benéficas cuando es un eufemismo y una gran mentira. Creen que mientras más fondos destinen a nobles causas, mayor será el lavado de conciencia. ¿Tan mal karma arrastran para hacer esto? Puede que el común de los mortales no destine tales cifras, pero estoy seguro de su sinceridad, de que entregando lo qué puede, quitándoselo de un café o un almuerzo, sabe que ayuda, y se preocupa por quién es la persona receptora de esa ayuda. Hay que dejar de gritar que se es solidario o solidaria y serlo de todo corazón.
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