martes, 30 de septiembre de 2008
Dulce de leche
Hoy quiero abandonar el análisis diario para centrarme en un pequeño placer con el cual he disfrutado como un crío. Hace unos años, una de mis más queridas amigas, argentina y residente en Huelva, me habló de los dulces de leche, unos manjares típicos de aquella zona, aconsejables y obligados a quiénes visiten la zona, o tengan la ocasión de poder saborear semejante manjar. Pocas veces he disfrutado con un pastel tan exquisito, y quería compartirlo con vosotros y vosotras. No todo van a ser análisis de la realidad, pues entre violencia de género, que sólo es noticia cuando mueren a pares las mujeres, muerte de estrellas como Paul Newman o cualquier otro tipo de barbarie como los atentados terroristas de ETA, los pequeños grandes momentos de felicidad son ignorados y obviados porque la realidad premia, por muy cruel que sea, y analizar lo qué sucede es algo que me gusta hacer, aunque en los últimos días sólo hable de calamidades. Hoy al menos he podido disfrutar con un té con unos amigos a los que no veía desde agosto y los pasteles, y eso es uno de los mayores tesoros que el ser humano pueda tener, lejos de los lujosos artículos sólo para muy ricos, que nos refriegan en plena crisis, para recordarnos que jamás estarán al alcance de cualquier mortal con un sueldo mileurista con hipoteca y demás.
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Hay una manera de hacer dulce de leche muy sencilla, no queda exactamente igual,pero es muy parecido, y con ello y unas soletillas podremos hacernos un buen postre o merienda. El secreto del dulce de leche será revelado cuando vea cuantos desean realmente probarlo. JEJEJE.
ResponderEliminarCybernapia, a ver si comentas en mis blogs, que te veo muy poco.
Ya sabes cómo estoy en estos días... Pero comentaré... Prometo...
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