jueves, 29 de mayo de 2008
Sobre religión, creencias y otras herejías
El otro día, contestando a un comentario, pensé que podía desarrollar la respuesta mucho más, si dedicaba unas líneas a la reflexión sobre las creencias religiosas o divinas, pues nada tiene que ver una cosa con otra. En los últimos tiempos, se habla, de forma muy vehemente sobre la retirada de símbolos religiosos de las instituciones y otras mil cosas que llevan el debate a la calle. He de decir, que estoy en contra de la imposición de cualquier tipo de ideas o creencias, ya que coartan las libertades individuales, y es por eso por lo que no estoy de acuerdo con que se establezca un sistema de creencias laico, puesto que ningún tipo de manifestación religiosa tendría cabida, y todas y cada una de las fiestas patronales serían suspendidas, incluido el domingo, dado su fuerte carácter religioso, aunque hayan sido robadas o a adaptadas de la tradición pagana. Creo que un sistema aconfesional, donde cada religión, creencia o filosofía tuviese su representación, lejos de los fanatismos intolerantes, sería una buena opción de credo. Son muchas las formas de entender a Dios, tantas como personas. Me parece muy triste que se trate de homogeneizar la forma de entender los entes superiores, presentes en nuestras vidas desde que el ser humano vivía en las cavernas, que no se entienda que cada cual entiende esos entes de una forma, que nada tiene que ver con la de la persona que está a nuestro lado, aunque la educación religiosa sea la misma. Pero ese fue el legado inquisitorial, que condenaba la herejía (es decir la opción) con la pena de muerte para obligar al mundo a que adorase una única verdad, que creían absoluta, pero que se volvió una mentira por haber sido seguida ciegamente.
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