viernes, 18 de abril de 2008
¿Te puedo pedir un favor?
Así se dirigía el otro día un amigo mío para pedirme la opinión sobre el escote de Angela Merkel. Fue una pregunta que me dejó perplejo, lo cual respondí. Al margen de mi punto de vista sobre el tema, el cual veo trivial y carente de importancia, le dije que no era un favor darle mi opinión, pues era un deber, y que teníamos suerte de vivir en democracia y libertad. Esto me lleva a pensar lo duro que debe ser carecer de los más básicos privilegios, como la libertad de expresión o de cualquier otro tipo. Pienso lo afortunados y afortunadas que debemos sentirnos por poder hacer todo aquello que queramos, sin tener que soportar que nadie nos coaccione para robarnos esa libertad. Es una gran suerte vivir donde vivimos, aunque siempre nos estemos quejando del Gobierno...
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