martes, 3 de agosto de 2010
Sobre gustos y colores
El sabio refranero español nos dice que el libro del gusto está escrito en blanco. No obstante, de los últimos tiempos para acá, observo un adoctrinamiento para asignar unos gustos y creencias según se sea de derechas o izquierdas, sin aceptar que haya gente, o personas que estén fuera de esos grupos porque la política les interese poco o nada. Conceptos como religión, creencias, espiritualidad o protección animal, que no animalismo se reparten como si fuesen los diferentes palos de una baraja de cartas, o la correspondencia de los buzones. Una vez olvidado, vilipendiado y obviado el derecho individual con tanta prohibición hipócrita, y esta vez no sólo hablo de las corridas de toros en Cataluña, los gustos personales se asocian a la política, cuando nada tienen que ver. No son pocos los ateos de derechas que conozco, que reniegan del catolicismo u otras religiones o los aficionados a la Tauromaquia simpatizantes de la izquierda, por ejemplificar de alguna forma. Eso por no hablar de los cargos de partidos políticos de cualquier color aficionados a las gambas y el buen comer. Entonces, ¿por qué ese empeño en catalogar e imponernos nuestras aficiones? ¿No se supone que vivimos en Democracia? ¿Para qué sirvió la sangre de las personas que murieron por alcanzar esta libertad de la que gozamos? No quiero aceptar y mucho menos tolerar que se me diga cuáles son mis aficiones, ya que soy libre y como tal entiendo que es una tontería hacer un perfil personal según gustos. Desgraciadamente, nos sacude un aleccionamiento brutal y cruel que, lejos de enseñarnos y unirnos, nos separa y condiciona, siendo lo peor de esto la permisividad social, que no actúa ante la evidencia. Me vuelvo a preguntar si alguna vez daremos el puñetazo en la mesa y diremos ¡basta! ante tanto abuso de todo tipo. A pesar de reconocerme como alguien de izquierdas, nada debe importar si lo soy o no, y por supuesto, qué debe ser aquello que me permita hacer mi vida más agradable. Porque nada tiene que ver una cosa con otra.
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Querido escritor ha dado justamente en la diana de mi opinión, no puedo estar más de acuerdo con su post y pensamiento. Estoy harta de catalogaciones, etiquetados,cuantificaciones y demás materialista, irreales y simplonas clasificaciones. Es deleznable como en España se practica la clasificación y etiquetado de las aficiones, gustos y sentimientos religiosos de acuerdo con la política bipartidista y oportunista de la mayoría de la clase politica. Es un error mezclar la ideología política con la religión, hobbies y aficiones. Me comentaba una compañera profesora en un instituto galo en la ciudad de Besançon que no comprendía como los socialistas españoles mezclaran tanto su aversión anticlerical con la política actual, alegando que toda su familia italiana y francesa eran católicos practicantes y en ambos países votaban siempre a los socialistas porque estaban seguros que en ambos países no se mezclaban tales cuestiones,ya que no guardaban apenas relación y por respeto a la libertad de creencias los partidos políticos no los humillarían por sus convicciones religiosas, así en España también se mezclan por deleznables intereses las aficiones, las creencias religiosas, la ideología política, la vestimenta, los hobbies, los toros, los deportes, la cultura,etc al igual que se mezclan el poder legislativo con el judicial, legislativo y ejecutivo .
ResponderEliminarFíjate, querida Macu, lo qué te ha contado mi padre mientras comíamos hoy... Es importante ser libre de creer u opinar aquello que sintamos.
ResponderEliminarPorque tú sabes, por ejemplo, con el tema de las creencias religiosas, que aquí en Andalucía, la gente siente la Semana Santa, sin importar el voto que depositen en las urnas.
Un fuerte beso.