La tristeza abandonó mi lecho
tras consumir mi existencia
tras consumir mi existencia
tras consumir mis fuerzas.
La orgía de desesperanza y depresión
Marchó con la tristeza,
que sólo contempla al acecho.
Mas no dejaré que vuelva.
Porque he decidido dejar de lamerme las heridas.
Porque he decidido luchar con dos huevos.
La orgía de desesperanza y depresión
Marchó con la tristeza,
que sólo contempla al acecho.
Mas no dejaré que vuelva.
Porque he decidido dejar de lamerme las heridas.
Porque he decidido luchar con dos huevos.
como mola el poema, en una noche como ésta parece dedicado al madrid, o a soraya.
ResponderEliminarEstá bien eso de lamerte las heridas y seguir, los victimistas no acaban de convencerme del todo...
ResponderEliminarBesicos
¡Jajajaja! Casualidades de la vida, o ¿podríamos decir causalidades, tú?
ResponderEliminarUn abrazo.
Es que hay que seguir, querida Belén.
Besicos.