Hace poco que decidí establecerme por mi cuenta y hacer un viaje por la Galaxia, en busca de aventuras, a la vez que ofrezco mis servicios como mensajero, pues no es nada fácil moverse por el espacio exterior sin créditos y moneda interplanetaria. Mientras descansaba de la ruta, observé a unos hombres, de aspecto demacrado e implantes biónicos y cibernéticos. Con unos modales muy poco sofisticados reían a la vez que tomaban cerveza. Parecían compañeros de viaje o trabajo, por su complicidad. Alguien se acercó a este grupo, y todos obedecieron ciegamente sus órdenes, por lo que deduje que sería su jefe. De un trago bebí mi cerveza y me dirigí a presentarme a aquel individuo de largos cabellos, para solicitarle un empleo en su nave espacial.
-Eres bastante para ser grumete-me respondió.
-Quiero aprender de ustedes, y pienso que es el mejor empezar por abajo.
Así entré a formar parte de la Furia de los Quásares, la más famosa y temida astronave pirata de los últimos milenios, al mando del temido y legendario Pirata Ojo de Sangre, según contaban las Crónicas Espaciales de todos los planetas de la Confederación Unida de Galaxias y Lunas.
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