miércoles, 2 de julio de 2008

Insultando

Las actitudes personales son de lo más extrañas, y a la vez simples. Sobre esta simpleza quisiera hablar hoy, pues me gustaría dedicar la entrada de hoy a la gente que insulta y usa el insulto como única forma de expresión. Estos argumentos de ignorancia son el reflejo de la actitud personal, que solo entiende la intolerancia y la falta de respeto como argumentos válidos. No son pocas las veces que se insulta a quién escribe porque sus trabajos no son del gusto. Pobreza de pensamiento y falta de personalidad. Desgraciadamente, se está fomentando que no se razone y los vientos están cargados de intolerancia. En la televisión es habitual que el tono elevado sea la argumentación de quién exige la atención, aunque no tenga la razón y quieran imponerla. En radio, un locutor ha sido condenado por insultar gravemente, puesto que sus declaraciones hacen que los oídos duelan. Me paro a pensar en esta proclama intolerante que nos recorre y hace apología del insulto como único argumento válido. Invita a la reflexión que cada vez exista menos respeto hacia el prójimo, por sus ideas, su sexualidad o sus creencias políticas o religiosas. Se está creando un caldo de cultivo extremadamente preocupante, y deberíamos dar la voz de alarma.

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