Mayo del 68

Este mes se cumple el cuadragésimo aniversario de aquel revolucionario mayo, que sacudió todo el mundo en busca de un mejor sitio donde vivir. Oposiciones a la Guerra de Vietnam en Estados Unidos, protestas estudiantiles en Francia, y un largo etcétera convulsionarían el poder que por aquel entonces se dedicaba a mandar en vez de gobernar. Han pasado 40 años de aquellas prohibiciones de prohibir, de esas luchas por las libertades y la búsqueda de arena de playa debajo de los adoquines. Vietnam no fue más que un error, y el enemigo ahora es religioso. Mucho ha cambiado desde entonces, desgraciadamente, pues aquellas personas que comenzaron la revolución ocupan el sillón donde se sentaron aquellos políticos con tanta ansia de poder y mandato. Han perdido el sentido del humor, y denuncian al verse reflejados y reflejadas en las caricaturas, desterrando el animus iocandi. Para ellos y ellas, la revolución dejó de estar en gerundio para convertirse en un pretérito imperfecto por culpa de aquellos y aquellas que hoy luchan como sucedió hace cuatro décadas. Me pregunto si se repetirá esta historia en 2048. Y mientras tanto, España sólo pensaba en la victoria de Massiel en Eurovisión.