Páginas

jueves, 15 de abril de 2010

Goya, el de los premios

Han transcurrido varias semanas, meses diría yo, desde que leí una columna de Antonio Burgos, en la cual nos informaba y recordaba que pronunciar la palabra Goya delante de un sevillano guasón podía invita a la rima consonante fácil, algo que no reproduciré aquí, ya que a buen entendedor pocas palabras bastan. Sin embargo, yo me di cuenta que hablar del de Fuendetodos con ese mismo bromista o cualquier otro con más picaresca o picardía si cabe, podría invitar a la más disparatada poesía, haciendo un socarrón y desvergonzado poemario. No podría sugerir ver as obras del aragonés, ni del pintor zaragozano, pues obtendría cuartetas y pareados que nada tienen que ver con las Rimas de Bécquer o los poemas de Miguel Hernández o Antonio Machado. Porque hay según qué palabras en nuestra lengua castellana cargadas de sugerencias al momento divertido y el chiste fácil, lejos de cultismos y elaboradas frases retóricas que son incapaces de decir nada. Y es que la guasa, la chanza o la broma sólo son eso, y no hay que buscar otra cosa que reír y quitar gravedad a los diferentes menesteres, porque componer un poema fácil no es dejar de respetar. Se trata, solamente, de expresarse libremente,algo que hoy por hoy se está perdiendo entre reverencias y peloteos varios que eluden plantar cara al resto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión es importante